Los hermanos Lyle y Erik Menéndez se han convertido en tendencia tras el exitoso estreno de la serie de Ryan Murphy que retrata uno de los crímenes más controversiales de Estados Unidos.

La ficción de Netflix está centrada en la vida de estos hermanos, que fueron condenados a cadena perpetua por el brutal asesinato de sus padres en su casa de Beverly Hills en el año 1989.

Debido a la repercusión que está teniendo el crimen a nivel global, la plataforma de streaming ha querido ampliar la cobertura del caso.

Hoy se estrenó el documental Los hermanos Menéndez. En él, los condenados hablan por primera vez en 30 años -a través de unos audios- sobre el crimen de sus padres y los posteriores juicios.

A raíz del estreno de la serie y el documental, el caso ha vuelto a la actualidad, generando todo tipo de opiniones en medios de comunicación y en redes sociales.

Una de las últimas en pronunciarse es Kim Kardashian. La socialité publicó un artículo de opinión en NBC News, donde ha querido hablar del caso y pedir la liberación inmediata de los hermanos Menéndez.

Apoyo a los hermanos

Kim, que se encuentra en la etapa final de su carrera de Derecho, visitó recientemente a Lyle y Erik Menéndez en el Correccional Richard J. Donovan en San Diego.

Durante esta visita, pudo escuchar sus historias y comprender el trauma que han enfrentado a lo largo de sus vidas.

En su artículo, destaca que el juicio de los hermanos fue un espectáculo mediático, donde su sufrimiento y las circunstancias de su abuso fueron ignorados.

“No había lugar para la empatía y mucho menos para la compasión”, subraya Kardashian.

La influencia de Kardashian en el ámbito del derecho penal y su activismo por la reforma penitenciaria le otorgan un peso significativo a su defensa de los Menéndez.

Kim reconoce que, aunque los hermanos son culpables de asesinato, es fundamental comprender el contexto de su comportamiento.

“En ese momento no había conciencia sobre el trauma que pueden tener las víctimas masculinas de abuso sexual. Los asesinatos no son excusables, pero debemos considerar lo que han soportado”, señala.

Concluye su artículo pidiendo una reconsideración de la condena, abogando por un enfoque más compasivo hacia su caso, que ha sido marcado por el abuso y la tragedia.