El Ministerio Público (MP), por medio de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), lleva a cabo este jueves 5 de diciembre una diligencia de allanamiento en las oficinas de la firma de auditores propiedad de los hermanos del jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), Marco Livio Díaz.

Fue el titular de la referida fiscalía, Rafael Curruchiche, quien confirmó que este operativo se encuentra en desarrollo. Sin embargo, hasta el momento no se han brindado detalles de lo que se busca en el sitio.

El inmueble inspeccionado está ubicado en la zona 15 y en sus alrededores se observa presencia del personal fiscal y elementos de la Policía Nacional Civil.

Esto ocurre un día después de que el superintendente reveló públicamente que tenía conocimiento acerca de que el MP abrió una causa de investigación en su contra en seguimiento al caso B410, relacionado con posibles acciones de defraudación tributaria y que fue denunciado por él mismo semanas atrás.

Díaz señaló que aparentemente se le está señalando de extorsión y tráfico de influencias; sin embargo, describió tales acusaciones como “infundadas y apócrifas”, pues detalló que surgieron basadas en las declaraciones de los mismos imputados en el referido caso.

En ese sentido, pidió que se realice una investigación objetiva e imparcial que contenga pruebas fehacientes de cualquier acto delictivo y no la simple declaración de los implicados en las irregularidades.

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Jefe de la SAT asegura no tener vínculos con anomalías

Ayer, en una entrevista en el programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas, el jefe de la SAT aseguró que no ha estado involucrado en acciones irregulares y que la entidad a su cargo ha cumplido con la recaudación de los impuestos como le corresponde en la ley.

Añadió que, en el marco de las funciones como ente recaudador, al observar la posible defraudación tributaria que involucraba a múltiples contribuyentes se planteó la denuncia ante el MP, con la respectiva base documental que cuenta con cientos de folios.

El funcionario aseguró que la investigación del caso B410 a lo interno de la SAT está a cargo de aproximadamente 125 personas, por lo que considera que sería “una locura” si él recibiera un soborno, pues no podría dominar las acciones de esta gran cantidad de personal desarrolla.

Con respecto al tema de sus hermanos, él reveló que desde que aceptó el cargo de superintendente se separó legalmente de ellos para evitar cualquier inconveniente. Aunque antes almorzaban juntos a diario, esta práctica fue dejada a un lado con el fin de actuar de manera transparente.

Díaz también aseguró que sus familiares no han aceptado ni van a litigar casos vinculados con el B410. Además, enfatizó que son auditores, mientras que este es un caso penal y no es algo que esté en su campo.

“Niego categóricamente haber recibido algún tipo de soborno. No soy feliz con dinero, soy feliz por lo que soy. Igual mi familia, somos felices por lo que somos, no lo que tenemos. (…) No vamos a permitir que haya allanamiento sin testigos objetivos”, expuso también ante el riesgo de que se diera justo lo que ocurre esta mañana, que se inspeccionaran los inmuebles vinculados a sus parientes y a él mismo.

* Con información de Karla Marroquín, Emisoras Unidas 89.7