Un nuevo brote de Covid-19, detectado en un bar de la capital de China, provocó que las autoridades volvieran a practicar pruebas masivas a la población y a imponer restricciones en Pekín. El gobierno chino aplica una política de “cero Covid-19” para combatir la propagación del coronavirus, que implica cuarentenas para las personas que den positivo, confinamientos y pruebas de PCR obligatorias.
Las autoridades declararon que un habitante acudió, la semana pasada, a varios clubes nocturnos del céntrico distrito de Chaoyang sin una prueba de PCR válida, antes y después de haber tenido fiebre. Este nuevo brote, vinculado a un bar en concreto, provocó la infección de al menos 183 personas. Como consecuencia, las autoridades volvieron a ordenar el cierre de bares, discotecas y karaokes en varios barrios, incluido Chaoyang. Se retrasó, además, la reapertura de escuelas, prevista para este 13 de junio.
El distrito de Chaoyang, que alberga tiendas de lujo, oficinas y embajadas, lanzó el lunes pruebas masivas para sus 3.5 millones de residentes y millones de empleados. Todos tendrán que someterse a tres pruebas de PCR en tres días.
“Temor” por nuevas restricciones
Esta política de “cero Covid-19” exige importantes recursos logísticos, humanos y económicos, sobre todo frente a la variante Ómicron, que se extendió rápidamente por China entre marzo y abril, antes de perder fuerza en las últimas semanas. “Temo que volvamos a la situación de mayo”, cuando todo estaba cerrado, dijo, en declaraciones a la AFP, Alan Xiang, de 30 años, mientras hacía cola para hacerse una prueba.
En Shanghái, más de la mitad de sus 25 millones de habitantes tuvieron que hacerse una prueba obligatoria este fin de semana, menos de dos semanas después de salir de un largo confinamiento. El ministerio de Salud chino anunció el lunes 143 nuevos casos de Covid-19 en el país.
*Con información de AFP