La jefa de la agencia de ayuda exterior de Estados Unidos (USAID), Samantha Power, visitará Centroamérica en su primer viaje internacional desde que asumió el cargo, mientras el gobierno de Joe Biden busca abordar las causas fundamentales de la migración, dijo el viernes su oficina.
Power, una enérgica defensora de la diplomacia humanitaria que ocupó altos cargos bajo el expresidente Barack Obama, visitará Honduras, El Salvador y Guatemala del 13 al 17 de junio, donde se reunirá con autoridades, miembros de la sociedad civil y líderes empresariales.
En su gira, Power buscará «avanzar en los esfuerzos de USAID para ayudar a abordar los desafíos de gobernabilidad, económicos y de seguridad que están impulsando a los centroamericanos a migrar al norte», según un comunicado.
Harris lidera temática de migración
La vicepresidenta Kamala Harris también visitó la región en su primer viaje internacional, con paradas en Guatemala y México del 6 al 8 de junio, y el titular del Departamento de Seguridad Interior (DHS), Alejandro Mayorkas, viajará a México la próxima semana.
La administración Biden ha prometido una respuesta más humana que el expresidente Donald Trump, quien buscó disuadir a los migrantes separando a los niños de sus padres, obligando a los solicitantes de asilo a esperar sus trámites en México y congelando la ayuda a las naciones centroamericanas.
Viaje de funcionaria de USAID
Power, exembajadora ante las Naciones Unidas, prevé pronunciar un discurso sobre democracia y enfatizar el compromiso de Estados Unidos contra la corrupción, a la que el gobierno de Biden atribuye gran parte de las condiciones que motivan la migración irregular a la frontera sur.
Su agenda incluye encuentros con jóvenes y grupos marginados, así como visitas a los programas de agricultura y crecimiento económico de USAID.
Visitará además a las personas afectadas por los huracanes Eta e Iota, que devastaron en particular a Honduras en noviembre, y a los damnificados por una grave sequía en la región que golpeó especialmente a Guatemala.
El viaje se produce cuando los rivales republicanos de Biden lo acusan de generar una «crisis migratoria» en la frontera de Estados Unidos con México, donde el número de detenciones de indocumentados, incluidos menores no acompañados, batió un récord de 15 años en abril. De las más de 178.600 personas interceptadas, la mayoría era del Triángulo Norte.
En el marco de su plan de 4.000 millones de dólares en cuatro años para Centroamérica, Biden solicitó al Congreso 861 millones el próximo año para atender la pobreza extrema, la violencia, la corrupción y el cambio climático.
En mayo, Power retiró la cooperación que destinaba a la Policía y a otra entidad estatal de El Salvador y la redirigió a la sociedad civil, en medio de preocupaciones sobre la destitución del fiscal general y los magistrados de la Corte Suprema por parte de los aliados del presidente Nayib Bukele.