La influencer brasileña Ana Bárbara Buhr Buldrini, mejor conocida como Ana B, falleció trágicamente en Estambul el 16 de junio de 2025, a tan solo unas horas de haberse sometido a múltiples procedimientos estéticos en una clínica privada. La noticia de su deceso ha causado conmoción en sus seguidores y en la comunidad digital, dado que la creadora de contenido contaba con casi 800.000 seguidores en Instagram, donde compartía su vida entre la música y su pasión por la moda y el estilo de vida.
Surgical Procedures and Tragic Outcome
Ana B, de 31 años y originaria de Belo Horizonte, Brasil, había viajado a Turquía junto a su esposo, Elgar Sueia, con el objetivo de realizarse una serie de cirugías estéticas como parte de un acuerdo publicitario con el Tüsa Hospital. Este acuerdo implicaba que ella promocionara la clínica en sus redes a cambio de los procedimientos, que incluían liposucción, aumento de senos y rinoplastia. Los planes iniciales previeron que la operación se llevara a cabo el 18 de junio, pero se adelantó al 15 de junio debido a la disponibilidad del cirujano.
Se informa que, la noche anterior a la intervención, tanto Ana como su esposo fueron invitados por el personal médico a una fiesta. A pesar de las recomendaciones prequirúrgicas, se presume que Ana consumió alcohol. El cirujano, a pesar de las advertencias, decidió proceder con la cirugía al día siguiente, asegurando que todo estaba en orden.
La operación se realizó sin aparentes contratiempos iniciales, pero la situación se complicó durante la fase de recuperación de Ana. A medida que comenzaba a salir de la anestesia, empezó a mostrar síntomas preocupantes. Según informes del hospital, Ana sufrió un episodio de fibrilación ventricular el 16 de junio, lo que provocó un paro cardíaco. Lamentablemente, los intentos de reanimación se prolongaron por más de una hora y media sin éxito.
Grief and Investigation
El fallecimiento de Ana B ha dejado a su familia y seguidores sumidos en el duelo. Su esposo, Elgar Sueia, expresó su dolor en redes sociales y criticó la falta de comunicación del hospital y la atención médica recibida tras la cirugía. En sus publicaciones, también sugirió que podría haber habido negligencia por parte de los profesionales del Tüsa Hospital.
Reacciones de incredulidad y homenajes invadieron las plataformas digitales en honor a la influencer. Su hermano, Bruno Buhr, también compartió su tristeza públicamente, haciendo eco del impacto emocional que la pérdida ha generado tanto en su familia como en la comunidad digital que la seguía.
Ante esta situación, la Dirección Provincial de Salud de Estambul ha iniciado una investigación judicial, lo que incluye la realización de una autopsia y la inspección del hospital. Algunos miembros del equipo médico fueron temporalmente detenidos, aunque luego fueron liberados. El Tüsa Hospital, que recientemente había cambiado su nombre tras otros incidentes, emitió un comunicado en el que niega haber cometido irregularidades y asegura que se siguieron todos los protocolos, señalando que lo ocurrido fue una "complicación inesperada".
A pesar de las declaraciones del hospital, las autoridades turcas mantienen abierta la posibilidad de investigación por negligencia, teniendo en cuenta las circunstancias del caso y la naturaleza del acuerdo publicitario entre la influencer y la clínica. Esta situación ha llevado a plantear preguntas sobre la ética de las promociones de cirugías estéticas a través de personalidades influyentes en redes sociales.