El hogar y los espacios compartidos están llenos de objetos que, aunque parecen inofensivos, albergan una gran cantidad de bacterias. Recientes investigaciones han revelado que numerosos artículos que usamos a diario pueden ser más contaminados que un asiento de un inodoro. Conocer estos objetos y cómo mantenerlos limpios es fundamental para prevenir infecciones y mantener la salud de todos.
Objetos cotidianos contaminados
Según estudios realizados por organizaciones como NSF International y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos, así como la University of Westminster en el Reino Unido, algunos de los objetos más contaminados en nuestras casas y escuelas son:
- Esponjas de cocina: Estos objetos son unos de los más contaminados debido a que absorben humedad y retienen restos de comida, propiciando el crecimiento de bacterias como E. coli y salmonella.
- Teléfonos móviles y controles remotos: Se ha descubierto que estos dispositivos pueden ser más sucios que un inodoro, al albergar gérmenes como Staphylococcus aureus y norovirus.
- Tablas de cortar: Especialmente las de madera, pueden acumular bacterias debido a cortes profundos que retienen salmonella y E. coli.
- Frascos de especias: Estos pueden ser portadores de bacterias, como ha señalado un estudio donde hasta el 48% de los frascos usados durante la preparación de productos contaminados presentan trazas de gérmenes.
- Toallas reutilizables: Pueden contener coliformes fecales, salmonella, y hongos si no se lavan regularmente.
- Cepillos de dientes: Pueden contaminarse con bacterias por su proximidad al inodoro. El "aerosol fecal" se convierte en un riesgo al descargar sin tapa.
- Interruptores de luz y manijas de puertas: Estos objetos son tocados continuamente, acumulando gérmenes que pasan desapercibidos en las rutinas de limpieza.
- Objetos personales en escuelas: Mochilas y loncheras pueden acumular bacterias tras su uso en múltiples espacios y durante toda la jornada escolar.
Los objetos mencionados no solo son focos de contaminación, sino que también pueden ser fáciles de limpiar. Por ejemplo, las esponjas deben desinfectarse semanalmente, ya sea en el microondas o en el lavavajillas. Los teléfonos móviles deben limpiarse con un paño de microfibra ligeramente húmedo y con productos de limpieza adecuados al menos una vez a la semana. Por su parte, las tablas de cortar requieren un cuidado especial: usar tablas distintas para carne y vegetales y lavarlas con agua caliente y jabón.
Prácticas de limpieza recomendadas
Para mantener un ambiente más saludable, es importante adoptar ciertas rutinas de limpieza. Aquí algunos consejos para limpiar los objetos más contaminados:
- Esponjas de cocina: Desinfectar semanalmente en el microondas o lavarlas con agua caliente y detergente.
- Teléfonos y controles remotos: Limpiar con un paño con solución desinfectante al 70% de alcohol, evitando aerosoles directos.
- Tablas de cortar: Separar las tablas para carne y vegetales, lavarlas con agua caliente y cambiarlas cada vez que se dañado.
- Frascos de especias: Limpiar con un paño caliente y jabón antes de manipular, especialmente después de tocar carne cruda.
- Toallas reutilizables: Lavar con agua caliente y detergente, y cambiarlas al menos una vez por semana.
- Cepillos de dientes: Mantener alejados del inodoro, en posición vertical y reemplazarlos cada tres o cuatro meses.
- Interruptores de luz y manijas: Limpiar con toallitas desinfectantes, idealmente una vez a la semana.
- Mochilas y loncheras: Lavar con agua caliente y jabón, y desinfectar exteriores con paños desinfectantes.
Los microorganismos en los objetos cotidianos pueden formar biopelículas resistentes, aumentando el riesgo de enfermedades. Por ello, expertos insisten en la importancia de mantener una rutina de limpieza adecuada y reforzar las prácticas de higiene personal. No se trata de eliminar todos los microbios, sino de reducir la proliferación de patógenos en los espacios que tocamos a diario.