Comprobar si se acoplaban a la idea del nuevo técnico tanto como sus compañeros que jugaron ante Nicaragua era el principal atractivo del encuentro. El duelo se disputado ante un público mucho menos numeroso que el que casi colmó las tribunas del Centenario seis días atrás.
De hecho, en los corrillos del estadio se hablaba más del sorpresivo anuncio, este mismo martes desde Porto Alegre, de un posible retiro anticipado de Luis Suárez, el mayor goleador de la Celeste de todos los tiempos, que del propio partido.
Fue un partido más difícil de lo esperado
En cancha, la sorpresa provino de lo mucho que tardó el primer gol local. Llegó recién a los 26, a través de un penal cometido a Maximiliano Araújo que ejecutó muy bien uno de los delanteros celestes más movedizos y hábiles en ese primer tiempo, el exPeñarol Facundo Torres.
Para la segunda parte Bielsa movió piezas buscando mayor dinámica, pero no cambiaron demasiado el panorama. El portero cubano Arozarena fue también clave para retrasar el segundo gol uruguayo, que llegó finalmente a los 79 por intermedio de uno de los que más lo buscó, Maximiliano Araújo.
Pero el retrogusto que dejó esta victoria fue menos dulce que la primera: acaso el buen rendimiento de Araújo o Facundo Torres y, un escalón más abajo, Emiliano Martínez o Piquerez.
«Nos faltó elaborar mejor» esta noche, dijo el DT en rueda de prensa.
«Nos imaginábamos una mayor diferencia, en el trámite y en el resultado», con más goles y creación de jugadas de peligro, y Cuba creó situaciones «en nuestro arco» que en principio «no nos imaginábamos», agregó.
«Fue un partido más difícil de lo esperado», reconoció a su vez el volante ofensivo Agustín Canobbio. «Hay que ser autocríticos, ellos se cerraron muy bien y no logramos recuperar el balón en tres cuartos de cancha», como estaba planificado.
Bielsa «nos pide intensidad» y eso faltó, admitió también Joaquín Piquerez.
*Con información de AFP