En los próximos Juegos Olímpicos de París 2024, treinta y seis atletas provenientes de once países diferentes, acogidos por otros quince, conformarán el equipo conocido como el Equipo Olímpico de Refugiados. Esta iniciativa, promovida por el Comité Olímpico Internacional (COI), busca destacar el potencial humano de resiliencia y excelencia, así como enviar un mensaje de esperanza a los más de 100 millones de desplazados en todo el mundo.

El equipo, liderado por la ciclista afgana Masomah Ali Zada y el atleta sursudanés Yiech Pur Biel, quien ya formó parte del primer equipo de refugiados en los Juegos de Río 2016, incluye a deportistas de diversas disciplinas. Entre ellos se encuentran representantes del atletismo, judo, taekwondo, piragüismo, natación, ciclismo, boxeo, tiro, lucha, halterofilia, breaking y bádminton.

París 2024 quiere ser pionera en la diversidad

Destacando la diversidad de nacionalidades, el equipo cuenta con atletas de Irán, Siria, Afganistán, Congo, Camerún, Venezuela, Cuba, Etiopía, Israel, Eritrea y Sudán, quienes han encontrado refugio en países como Alemania, Francia, Reino Unido, Suiza, Estados Unidos, México, Italia, Canadá, Austria, Jordania y Kenia.

El atletismo es la disciplina con mayor representación en el equipo, seguido de cerca por el judo y el taekwondo. Entre los deportistas seleccionados se encuentra la B-girl afgana Manizha Talash, quien encontró refugio en España, así como nombres como Dorian Keletela, un velocista congoleño que reside en Francia, y Cindy Ngamba, una boxeadora camerunesa refugiada en el Reino Unido.

Cada uno de estos atletas ha superado rigurosos torneos de clasificación o ha demostrado un nivel deportivo sobresaliente para competir en los Juegos Olímpicos. Gracias al programa de Solidaridad Olímpica del COI, 75 deportistas refugiados de doce países diferentes, residentes en 24 países de acogida y representantes de 14 deportes, recibieron becas de cara a los Juegos de París.

Algunos de los nombres que integran este equipo son Adnan Khankan y Mohammad Amin Alsalami, ambos sirios refugiados en Alemania y destacados judocas, así como Amir Ansari, un ciclista iraní refugiado en Suecia, y Jamal Abdelmaji, un velocista sudanés refugiado en Israel.

La participación de estos atletas en los Juegos Olímpicos no solo representa una oportunidad para demostrar su talento deportivo, sino también para visibilizar la magnitud de la crisis de los refugiados en todo el mundo. Según el presidente del COI, Thomas Bach, su presencia en París enviará un mensaje de esperanza a millones de personas y promoverá la conciencia sobre esta problemática a nivel global.