En una temporada que ha resultado ser una de las más decepcionantes para el Bayern Múnich en más de una década, el equipo bávaro culminó su participación en la Bundesliga con una derrota por 4-2 frente al Hoffenheim. Este resultado no solo les dejó fuera del subcampeonato, que fue a manos del Stuttgart, sino que también marcó un fin abrupto a una era de dominio casi absoluto en el fútbol alemán.

Desde el inicio de la temporada, el Bayern Múnich mostró señales de vulnerabilidad. La derrota en la Supercopa de Alemania contra el Leipzig fue el primer indicio de una campaña irregular. En la Copa de Alemania, el modesto Saarbrücken, un equipo de la Tercera División, eliminó al Bayern en los dieciseisavos de final, una humillación inesperada para un club de su talla. En la Bundesliga, el Bayer Leverkusen se aseguró de que los bávaros no tuvieran una fácil defensa de su título, mientras que en la Liga de Campeones, el Real Madrid puso fin a sus aspiraciones en las semifinales.

Un Bayern Múnich irreconocible

Llegando al último partido de la temporada, el Bayern aún tenía la oportunidad de asegurar el subcampeonato. Sin embargo, se enfrentaron a un Hoffenheim que, a pesar de tener asegurada su participación en Europa tras garantizar la séptima plaza, no mostró signos de complacencia. Bajo la dirección del estadounidense Pellegrino Matarazzo, el Hoffenheim demostró su resiliencia y capacidad de respuesta.

El Bayern comenzó el partido de manera prometedora, con goles tempraneros de Mathys Tel y Alphonso Davies en los minutos 4 y 6, respectivamente. Parecía que el Bayern estaba encaminado a una victoria fácil. Sin embargo, la reacción del Hoffenheim fue inmediata. Maximilian Beier acortó distancias apenas dos minutos después del segundo gol del Bayern, lo que marcó el inicio de la remontada.

La segunda mitad del partido fue una pesadilla para el Bayern. En los últimos veinte minutos, el equipo se desmoronó completamente. Andrej Kramaric, con un triplete entre los minutos 68 y 87, selló la derrota del Bayern. Este resultado no solo aseguró una victoria memorable para el Hoffenheim, sino que también dejó al Bayern en una insólita tercera posición en la Bundesliga, algo que no ocurría desde la temporada 2010/11.

La derrota ante el Hoffenheim no fue solo un mal trago para el Bayern Múnich, sino que simbolizó el final de una era de hegemonía en el fútbol alemán. Desde la campaña 2011/12, el Bayern siempre había terminado en una de las dos primeras posiciones, acumulando once títulos consecutivos. Esta vez, bajo la dirección de Thomas Tuchel, el equipo firmó su peor posición en trece años, un testimonio de un año para olvidar.

La única nota positiva en una temporada llena de desilusiones fue el desempeño individual de Harry Kane. El delantero inglés, con 36 goles, se coronó como el máximo goleador de la Bundesliga. Sin embargo, este logro individual no pudo mitigar el fracaso colectivo de un equipo acostumbrado a la gloria.