La Selección Femenina de Canadá, una de las favoritas para los Juegos Olímpicos de 2024, se encuentra en el centro de una controversia sin precedentes que amenaza con empañar su reputación y truncar su desempeño en el torneo. Este escándalo, que involucra espionaje con drones, ha resultado en sanciones severas tanto para el equipo como para su cuerpo técnico.

El incidente se desató cuando la Federación de Fútbol de Nueva Zelanda, comúnmente conocida como Las Matildas, denunció que un dron había sido utilizado para espiar sus entrenamientos a puerta cerrada. Las autoridades olímpicas, tras una investigación exhaustiva, identificaron a miembros del equipo canadiense como responsables de estas acciones. Bev Priestman, la entrenadora principal de Canadá, junto con los asistentes Joseph Lombardi y Jasmine Mander, fueron señalados como los principales implicados en el uso del dron para obtener información no autorizada sobre sus rivales.

Así surgió la polémica con Canadá

La FIFA, al evaluar las pruebas presentadas, decidió imponer sanciones significativas. Bev Priestman fue suspendida de toda actividad relacionada con el fútbol durante un año, al igual que sus asistentes Lombardi y Mander. Esta sanción se fundamenta en la violación del artículo 13 del Código Disciplinario de la FIFA, que aborda la conducta ofensiva y las violaciones a los principios del juego limpio, así como en el artículo 6.1 del Reglamento de la Organización del Fútbol Femenino (OFT), que especifica las responsabilidades del cuerpo técnico.

En el ámbito de la competición olímpica, Canadá ha sido penalizada con la pérdida de seis puntos en la clasificación del Grupo A. Esta decisión complica significativamente sus posibilidades de avanzar a la siguiente fase, especialmente tras su victoria inicial contra Nueva Zelanda. La sanción afecta no solo al equipo técnico sino también a las jugadoras, quienes han expresado su frustración y descontento con la situación.

Christine Sinclair, capitana del equipo canadiense y una de las figuras más respetadas del fútbol femenino mundial, expresó su pesar en redes sociales. “Es lamentable que nuestras acciones, que no reflejan el espíritu deportivo, hayan afectado a nuestra oportunidad de defender el oro olímpico. Como jugadora, nunca he estado involucrada en la revisión de imágenes de drones”, manifestó Sinclair, subrayando que las jugadoras no tenían control sobre las acciones del cuerpo técnico.

El escándalo ha revelado un patrón preocupante. Según un reporte de TSN, tanto los equipos nacionales masculinos como femeninos de Canadá habrían estado utilizando drones para espiar los entrenamientos de sus rivales durante años. Se menciona un incidente específico antes de un partido contra Japón en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde Canadá obtuvo la medalla de oro bajo la dirección de Priestman.