El 31 de julio de 2024 será recordado para siempre en la historia del deporte guatemalteco. En una jornada gloriosa y llena de emoción, Adriana Ruano, especialista en tiro deportivo con armas de caza, logró lo impensado: la primera medalla de oro olímpica para Guatemala. En una competencia impecable, Ruano no solo aseguró el oro, sino que también estableció un récord olímpico al derribar 45 de los 50 platos posibles, un logro que resonó no solo en su país, sino en todo el mundo.

Tres semanas después de aquel memorable día, Adriana Ruano se presentó en las instalaciones de Emisoras Unidas, donde participó en una entrevista para el programa ‘A Primera Hora’. Durante su intervención, conducida por Luis Felipe Valenzuela y Marco Tulio Ipuerto, la atleta olímpica compartió detalles sobre su experiencia en los Juegos Olímpicos de París 2024 y el arduo camino que la llevó a la gloria olímpica.

Adriana Ruano y su lado más personal

«Me siento contenta, honrada y privilegiada de que Dios nos haya elegido a mí y a Jean Pierre Brol para darle esta alegría al país», expresó Adriana Ruano al inicio de la entrevista. Con una voz aún cargada de emoción, recordó las palabras de su padre, quien siempre le aconsejaba disfrutar de lo que hacía. Para Ruano, el abrazo final que sintió tras ganar la medalla de oro fue un símbolo de conexión con su familia, a quienes dedica su logro.

La medallista también compartió la intensa emoción que se vivió ese día, destacando que fue una jornada especial no solo por su propio triunfo, sino también por la medalla obtenida por Jean Pierre Brol en la misma competencia. Aunque esa noche se celebró el logro de Brol, Ruano explicó que decidió no asistir a la celebración, pues debía mantenerse concentrada para su próxima competencia al día siguiente. Su preparación psicológica y su enfoque en la respiración fueron fundamentales para que pudiera mantener la calma y enfocarse en la competencia, incluso desconectándose de las redes sociales para evitar distracciones.

Ruano confesó que su inspiración para dedicarse al tiro deportivo comenzó en 2016, cuando vio competir a Jean Pierre Brol. En ese momento, se preguntó por qué no convertirse en una tiradora olímpica, iniciando así un camino lleno de desafíos, caídas y perseverancia. «Me siento como una hermanita de la familia Brol», comentó Ruano, dejando claro el cariño y respeto que siente por sus colegas en el deporte.

Foto; Alejandro Chet

Adriana recordó cómo comenzó en el mundo del tiro deportivo. Originalmente, nunca había tenido contacto con un arma, y fue tras una lesión en la columna que su médico, Otto Alvarado, le recomendó practicar tiro como parte de su recuperación. Sorprendentemente, en su primer intento, logró derribar un disco, iniciando así una carrera que cambiaría su vida.

“La resiliencia fue clave”, afirmó Ruano. Su paso de gimnasta a tiradora fue un proceso lleno de altibajos, pero cada vez que cayó, se levantó con más fuerza. «En todo este proceso me ha tocado caer, pero me levanto», destacó, reflejando la determinación que la llevó al podio más alto en París.

Uno de los momentos más emotivos de su vida, según contó, fue su encuentro con el papa Francisco tras su victoria. “Fue mejor que estar en el podio”, recordó Ruano. Durante ese encuentro, la medallista le entregó su medalla al Papa y le pidió que la bendijera. «La medalla de Guatemala», fueron las únicas palabras que pudo pronunciar en ese momento tan especial.

Adriana Ruano también aprovechó la entrevista para enviar un mensaje a la niñez y juventud de Guatemala, instándolos a perseguir sus sueños, ya sea en el deporte, las artes o los estudios, pero siempre confiando en Dios y dedicándose con esfuerzo. «La juventud de ahora lo quiere todo fácil, y no les importa pasar por encima de cualquiera», reflexionó, haciendo un llamado a la perseverancia y a seguir el camino correcto para alcanzar el éxito.

En un gesto sorpresa durante la entrevista, Gerson Ramírez, el primer entrenador de Adriana Ruano, le dedicó unas emotivas palabras. «Es increíble el recorrido y talento de Adriana. Ella fue una niña honesta, y como ella dice, cayó muchas veces, pero nunca se detuvo», expresó Ramírez. Adriana no pudo evitar emocionarse ante estas palabras, agradeciendo profundamente el apoyo que recibió de Ramírez desde sus inicios y asegurando que siempre lo considerará parte de su familia.

En cuanto a la infraestructura deportiva en Guatemala, Adriana fue clara al señalar que el país necesita mejores instalaciones para el tiro deportivo. Explicó que actualmente solo cuentan con una cancha mal diseñada que limita su capacidad de entrenamiento.

«Se ha hablado al respecto, ojalá se logre, es algo necesario, imagino que los hermanos Brol lo comentaron, solo tenemos una cancha y está mal diseñada, y no nos permite tener un horario más amplio de entrenamiento, disparamos hacía un barranco, en otros países no pasa, entonces si creo que es algo necesario y ojalá se agilice ese proceso, somos muy pocos tiradores en Guatemala y es por lo mismo».

Finalmente, Adriana Ruano habló sobre sus expectativas para el futuro. Tras su éxito en París, ya está pensando en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Aunque sabe que el proceso es largo y requiere esfuerzo, su meta es clara: volver a subir al podio olímpico. «Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos», concluyó, dejando en claro que su espíritu competitivo y su amor por el deporte seguirán siendo el motor que la impulse hacia nuevas victorias.

Adriana Ruano es, sin duda, un orgullo para Guatemala y un ejemplo de perseverancia, dedicación y fe. Su historia de superación y éxito seguirá inspirando a las generaciones venideras, y su nombre quedará grabado en la historia del deporte olímpico.