El Tottenham Hotspur dio un golpe de autoridad al imponerse 0-3 al Manchester United en su propio feudo, Old Trafford. El equipo de Ange Postecoglou mostró un fútbol dinámico y contundente, mientras que los ‘Red Devils’ no lograron recuperarse tras la temprana expulsión de su capitán, Bruno Fernandes, lo que dejó al conjunto de Erik ten Hag en una situación crítica. Este resultado deja muchas dudas sobre el presente del Manchester United, que sigue hundiéndose en la Premier League, mientras el Tottenham continúa con su notable mejoría.

El encuentro no pudo haber comenzado mejor para el Tottenham. Apenas habían transcurrido tres minutos cuando Brennan Johnson abrió el marcador para los visitantes. La jugada nació desde la banda izquierda, donde Micky van de Ven se proyectó con velocidad y precisión. El neerlandés lanzó un centro bajo hacia el área, que encontró a Johnson en una posición ideal para empujar el balón al fondo de las redes. El silencio en Old Trafford fue ensordecedor, mientras los ‘Spurs’ festejaban un inicio fulminante.

El Tottenham sonríe en Old Trafford

Este gol temprano golpeó anímicamente al Manchester United, que apenas estaba comenzando a asentarse en el campo cuando se encontró en desventaja. Aunque los locales intentaron responder, la tarea se complicó considerablemente minutos más tarde debido a una acción que cambiaría el rumbo del partido.

Corría el minuto 24 cuando Bruno Fernandes cometió una infracción que resultaría fatal para su equipo. En una entrada desmedida sobre James Maddison, el portugués dejó la plancha sobre la rodilla del centrocampista del Tottenham, lo que provocó que el árbitro le mostrara la cartulina roja, la jugada ni siquiera fue revisada en el VAR.

Con la expulsión de su capitán, los ‘Red Devils’ se desmoronaron. A partir de ahí, el Tottenham tomó el control total del encuentro, imponiendo su estilo de juego fluido y veloz, mientras el United se limitaba a resistir en defensa.

Después de un primer tiempo en el que los ‘Spurs’ dominaron sin apretar demasiado el acelerador, llegó el segundo golpe al comenzar la segunda mitad. Apenas a los dos minutos de la reanudación, al 47’, Brennan Johnson volvió a ser protagonista, esta vez como asistente. Tras una combinación rápida en el ataque, Johnson habilitó a Dejan Kulusevski, quien, ante la salida del portero André Onana, decidió elevar el balón con un suave toque que terminó en el fondo de las redes.

El 0-2 fue un golpe devastador para el Manchester United, que en inferioridad numérica y con el marcador en contra, no encontró la forma de reaccionar. El Tottenham, por su parte, manejaba los tiempos del partido a su antojo, moviendo el balón con paciencia y esperando el momento adecuado para dar el golpe definitivo.

La sentencia final llegó al minuto 77. Desde un tiro de esquina ejecutado por Lucas Bergvall, el balón fue peinado en el primer palo y apareció Dominic Solanke para rematar en el área chica. El delantero inglés solo tuvo que barrerse para empujar el balón, decretando el 0-3 definitivo. Fue el broche de oro para una actuación memorable del Tottenham y una pesadilla más para los de Erik ten Hag.

Con esta contundente victoria, el Tottenham asciende a la octava posición de la Premier League, alcanzando los 10 puntos. Bajo el mando de Ange Postecoglou, los ‘Spurs’ han mostrado una notable mejoría, exhibiendo un fútbol atractivo y eficiente que ilusiona a sus aficionados con la posibilidad de competir por puestos europeos.

En contraste, el Manchester United vive momentos difíciles. La derrota no solo los deja en la duodécima posición con siete puntos, sino que profundiza la crisis del equipo. Las críticas hacia Erik ten Hag se intensifican, y los rumores sobre su posible salida empiezan a ganar fuerza. La falta de consistencia, sumada a las bajas por lesiones y sanciones, ha dejado al club en una situación delicada, donde los resultados no están acompañando el proyecto del técnico neerlandés.

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