El FC Barcelona se encuentra nuevamente contra las cuerdas en su intento por inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor antes de que finalice el año. La negativa del juez de turno a la medida cautelar solicitada por el club ha dejado a Joan Laporta y su directiva con poco margen de maniobra. A falta de cinco días para cerrar el 2024, las cuentas aún no cuadran y el riesgo de que Hansi Flick pierda a dos refuerzos clave es cada vez más palpable.
Con la ventana de fichajes de enero descartada y un mercado complicado para los blaugranas, Deco, director deportivo, ha optado por pasar unos días en Brasil. Sin embargo, tras 48 horas de intensas gestiones, la situación parece estar tomando un rumbo favorable. Laporta abandonó Dubai con la convicción de que la solución está cerca. Desde su hotel, el presidente ha mantenido una comunicación constante con LaLiga para revisar los contratos con dos empresas, una de ellas de origen qatarí, que podrían aportar 100 millones de euros mediante la explotación de zonas VIP del nuevo estadio.
Laporta ya ha enviado a LaLiga la documentación de la venta de los palcos VIP para inscribir a Olmo.
— Relevo (@relevo) December 28, 2024
▪️ El club espera que Tebas lo valide, mientras Real Madrid, Atlético y Athletic miran con lupa los acuerdos presentados.
✍️ @MigRicohttps://t.co/eQmzBfmT5L
Barcelona finiquita los últimos documentos
A la par, se están cerrando acuerdos con BLM (Barça Licensing & Merchandising) para asegurar que el 2 de enero no haya sorpresas. Aunque el club mantiene el optimismo, la incertidumbre de los últimos días ha puesto de manifiesto las dificultades que atraviesa la institución. Resulta paradójico que, pese a contar con una plantilla valorada en más de mil millones de euros, el Barcelona sigue enfrentando serios problemas para cubrir los salarios de sus jugadores.
Fuentes internas del club señalan a octubre de 2020 como el punto de inflexión de la crisis financiera. La renovación de contratos de Ter Stegen, De Jong, Piqué y Lenglet por un total de 335 millones de euros, bajo la presidencia de Josep Maria Bartomeu, ha dejado una carga económica que aún pesa. Aunque Piqué perdonó 25 millones de euros tras su retiro, el salario de Frenkie de Jong sigue siendo el más alto de la plantilla, algo que el club intenta aliviar sin éxito.
El rendimiento del mediocampista neerlandés no ha estado a la altura de las expectativas durante sus seis años en el club. El Barcelona contempla su venta y, aunque Transfermarkt lo valora en 45 millones de euros, su salario representa un obstáculo para muchos clubes europeos. La Premier League ya no lo considera una prioridad, pero Arabia Saudita emerge como una opción viable. Clubes como Al Ittihad, Al Ahly, Al Nassr y Al Hilal han mostrado interés, con la posibilidad de ofrecerle un contrato lucrativo.
Ali Dursun, agente de De Jong, ha intentado negociar una renovación, pero la directiva ha sido tajante: no hay margen para una extensión. Las conversaciones con Arabia Saudita han avanzado y el Ministerio de Deportes saudí, que controla el 75% de las acciones de los principales clubes, podría facilitar el traspaso. Este movimiento refleja una tendencia creciente en el fútbol mundial, similar a lo que podría ocurrir con Mohamed Salah y su salida del Liverpool.