En una noche de alta tensión en el Coliseum, el Getafe de José Bordalás consiguió arrancar un valioso empate 1-1 frente a un Barcelona que llegaba con una racha arrolladora en los primeros días del año. El equipo azulgrana, dirigido por Hansi Flick, fue contenido por un sólido planteamiento defensivo del cuadro local, demostrando que la efectividad en el ataque no siempre es suficiente en LaLiga.
El partido comenzó con un ambiente cargado de emociones. El Getafe realizó un pasillo al Barcelona por su reciente título, pero los cánticos hostiles de la afición local marcaron el tono de un encuentro que prometía intensidad. Los culés, vestidos de verde fosforescente, llegaron con la misión de romper una sequía goleadora en este estadio que databa de 2019. Y lo lograron rápidamente: en el minuto 9, Jules Koundé aprovechó un rebote tras una intervención de David Soria para poner el 0-1, marcando su segundo gol de la semana.
Barcelona queda a deber en La Liga
La afición del Getafe no tardó en manifestarse con una pañolada multitudinaria al minuto 12, en protesta por la medida cautelar del Consejo Superior de Deportes que permitió la participación de Dani Olmo y Pau Víctor con el Barcelona. Mientras tanto, sobre el césped, los azulgranas dominaban la posesión, pero no lograban generar ocasiones claras para ampliar la ventaja. Raphinha tuvo una oportunidad destacada con un cabezazo que rozó el lateral de la red.
La reacción del Getafe no se hizo esperar. Al minuto 34, Mauro Arambarri aprovechó un rebote tras una brillante atajada de Iñaki Peña para empatar el marcador. Este gol revitalizó al conjunto de Bordalás y desató la euforia en el Coliseum.
El inicio de la segunda mitad trajo ajustes tácticos. Flick dio entrada a Frenkie de Jong para intentar retomar el control del mediocampo, pero el Getafe, bien plantado, resistió el asedio azulgrana. Aunque el Barcelona acumuló llegadas peligrosas, con disparos de Lewandowski, Lamine Yamal y Raphinha, la falta de puntería y las intervenciones clave de David Soria mantuvieron el empate.
Dani Olmo, quien ingresó en el minuto 62, fue recibido con una fuerte silbatina de la afición local. La tensión aumentó en ambos equipos, y las jugadas a balón parado del Getafe añadieron dramatismo al cierre del encuentro. Diego Rico tuvo una oportunidad de oro, pero su remate fue anulado por fuera de juego.
El partido culminó en un clima de alta tensión, con ambos banquillos encarándose y varios jugadores recibiendo amonestaciones. A pesar de los esfuerzos del Barcelona por conseguir la victoria, el muro defensivo del Getafe y la actuación de su portero impidieron el segundo gol culé.
Con este empate, el Barcelona amplía su racha de malos resultados en LaLiga, habiendo ganado solo un partido de los últimos ocho. Por su parte, el Getafe reafirma su identidad como un equipo combativo, capaz de complicar a los grandes en escenarios adversos.