En una noche cargada de emoción en el Santiago Bernabéu, Luka Modric disputó su último partido ante la afición del Real Madrid, en lo que fue una despedida simbólica antes de su participación en el Mundial de Clubes 2025. El centrocampista croata, leyenda indiscutible del club, recibió un homenaje conmovedor por parte de sus compañeros, cuerpo técnico, directiva y miles de aficionados que abarrotaron las gradas para despedir a uno de los jugadores más grandes que ha vestido la camiseta blanca.
Al término del encuentro, Modric tomó el micrófono en el centro del campo y, entre lágrimas, pronunció unas palabras que calaron hondo en el corazón del madridismo. "Llegó el momento que nunca quise que llegara. Fue un viaje largo y maravilloso", comenzó diciendo. Agradeció al club, al presidente Florentino Pérez, a todos los entrenadores con los que trabajó, a sus compañeros y a su familia, dejando claro que el apoyo recibido fue clave para todo lo conseguido a lo largo de más de una década con el Real Madrid.
Modric, un madridista más
Sin embargo, el momento más emotivo llegó cuando se dirigió directamente a la afición, con un mensaje que hizo llorar incluso al propio presidente. "El trofeo más grande que he ganado es vuestro cariño y el amor que me habéis dado todos estos años. No me alcanzan las palabras para agradecer todo lo que me habéis dado", expresó. Citando una frase célebre, añadió: "No llores porque terminó, sonríe porque sucedió", antes de cerrar con un "¡Hala Madrid y nada más!", desatando una ovación monumental en todo el estadio.
Modric, que continuará ligado al club hasta el Mundial de Clubes, deja una huella imborrable como uno de los mejores centrocampistas en la historia del Real Madrid. Con 28 títulos y momentos que ya forman parte de la leyenda merengue, el croata se marcha del Bernabéu con el respeto, admiración y amor eterno de toda una afición que nunca olvidará su talento, entrega y clase dentro y fuera del campo.