El París Saint-Germain se topó con una realidad que no afrontaba desde hace tiempo: la incapacidad de imponer su autoridad futbolística en un escenario decisivo. Luego de dominar el fútbol europeo en los últimos meses y llegar como favorito absoluto, el conjunto parisino se vio superado con claridad por el Chelsea en la gran final del Mundial de Clubes 2025. En un partido donde se esperaba una contienda equilibrada, los ‘Blues’ ofrecieron una lección táctica y de contundencia al golear 3-0 al equipo francés.
La figura indiscutible de la final fue Cole Palmer, quien firmó una actuación memorable en el escenario más importante. El joven talento inglés abrió el marcador al minuto 22 con un remate preciso y, apenas siete minutos después, volvió a vencer al arquero parisino con una definición certera. Su impacto no quedó allí: antes del descanso, asistió a Joao Pedro para el tercer gol del Chelsea, dejando prácticamente sentenciada la final antes de la segunda mitad. Palmer no solo brilló por su eficacia, sino también por su madurez en los momentos clave del partido.
Dominio abrumados del Chelsea ante el PSG
Aunque el PSG mostró una ligera mejora en la segunda parte, el daño ya estaba hecho. El Chelsea, con una defensa ordenada y un Robert Sánchez muy seguro bajo los tres palos, controló los intentos ofensivos del equipo francés sin mayores sobresaltos. La diferencia de intensidad, precisión y mentalidad fue notable, y los londinenses supieron administrar su ventaja sin conceder oportunidades reales de remontada. Fue un golpe de realidad para un PSG que llegó confiado, pero se desdibujó ante un rival más preparado.
Con esta victoria, el Chelsea conquista el segundo Mundial de Clubes de su historia. El primero lo había logrado en 2021 bajo el formato anterior, mientras que en 2012 perdió la final ante Corinthians. Este nuevo título llega en el debut del renovado torneo con 32 equipos, que a partir de este 2025 se celebrará cada cuatro años. La consagración en esta edición no solo enriquece el palmarés del club inglés, sino que también reafirma su estatus como una potencia consolidada en el fútbol mundial.
