El Club Deportivo Malacateco ha sido severamente sancionado por el Órgano Disciplinario de la Liga Nacional de Guatemala, luego de los lamentables incidentes ocurridos durante su encuentro frente al Deportivo Mixco, correspondiente a la tercera jornada del Torneo Apertura 2025-2026. El duelo, disputado en el Estadio Santa Lucía de Malacatán, San Marcos, culminó con una victoria 1-2 a favor del conjunto visitante, pero se vio empañado por una serie de actos violentos protagonizados por miembros del club local y su afición.
Según el informe del árbitro central Wildomar Ramírez, desde el minuto 60 comenzaron los problemas con el mal comportamiento de un recoge balones, quien interrumpía el juego lanzando balones al terreno de manera indebida. Minutos después, aficionados identificados con camisetas del equipo local lanzaron diversos objetos al campo, incluyendo botellas llenas de agua, monedas y latas. Aunque inicialmente no hubo impactos, la situación escaló y, hacia el final del partido, varios integrantes del cuerpo arbitral fueron agredidos físicamente por los objetos lanzados desde las gradas, incluyendo piedras y botellas.
Malacateco deberá pagar una fuerte suma de dinero en concepto de multas
Uno de los episodios más graves se registró tras el pitazo final, cuando un recoge balones agredió con un codazo al árbitro principal, y una persona no identificada ingresó al campo para insultar y amenazar al asistente número uno. La violencia continuó incluso dentro del vestidor, donde el cuerpo arbitral fue víctima de amenazas, insultos y daños materiales, incluyendo la rotura de ventanas por piedras arrojadas. Las autoridades policiales tuvieron que intervenir, escoltando al equipo arbitral fuera del estadio y del municipio para salvaguardar su integridad.
Como resultado de estos hechos, el Órgano Disciplinario impuso una serie de sanciones ejemplares al Deportivo Malacateco. Entre ellas destacan cinco multas económicas que suman un total de Q101,000.00, además de la suspensión del estadio por dos partidos oficiales. Las sanciones abarcan desde el mal desempeño de los recoge balones, la conducta violenta de la afición, el ingreso indebido de personas al terreno de juego, la agresión física a un árbitro, hasta el incumplimiento de las normas de seguridad exigidas por el reglamento de competencia.
Estas sanciones reflejan la gravedad de los hechos acontecidos en Malacatán y envían un mensaje claro sobre la intolerancia de la Liga Nacional hacia cualquier tipo de violencia dentro del fútbol guatemalteco. El club fronterizo se enfrenta ahora no solo a repercusiones económicas y deportivas, sino también al reto de corregir su organización interna y reforzar la seguridad en su estadio, porque cabe resaltar que no es la primera vez que se reportan este tipo de hechos en dicho recinto deportivo.

