En las últimas horas, las redes sociales le han dado nuevamente espacio a la historia de Bernardo Lopes, un niño que su rostro fue desfigurado al caerle un recipiente con agua hirviendo, pero que a pesar de las dificultados y los estigmas, sigue cumpliendo sus sueños: De llegar a ser el mejor futbolista.
Recientemente, Lopes fue firmado por las categorías especiales de Botafogo de Brasil, donde ha empezado a dar sus primeros pasos para ser el futbolista profesional con el cual ha soñado toda su vida.
Pero la historia de Bernardo Lopes va más allá de cumplir un sueño, sino de superar día a día las barreras que la vida le puso tras su trágico accidente que le cambió la vida, más no sus sueños.
El día que le cambió la vida a Bernardo López
En su natal Santa Isabel de São Gonçalo, el joven estuvo cerca de morir por un accidente doméstico cuando apenas tenía un año de vida.
El ahora futbolista sufrió un terrible accidente en su casa: Una olla de agua hirviendo cayó en su cara y cuerpo, causándole graves quemaduras que casi lo llevan a la muerte.
Lopes tuvo que estar hospitalizado siete meses en el hospital. Pese a que el pronóstico no era el mejor, el brasileño pudo salir adelante y escribir su propia historia, practicando su más grande pasión: El futbol.
Uno de los clubes más importantes de Río de Janeiro, Botafogo, incorporó a sus filas a Bernardo Lopes.
Todo ello se debió a su tío, Rodrigo, quien fue fundamental para desarrollar su carrera, ya que lo anotó en la escuela de futbol CT Menino de Ouro. Allí logró desenvolverse y su talento lo llevó a destacar entre sus compañeros y los cazadores de talentos, que pusieron sus ojos en él.
Después de unos meses de prueba, Lopes logró convencer a nada menos que Botafogo, que decidió ficharlo para sus categorías juveniles. Su imagen inmediatamente llama la atención, ya que sus cicatrices son el testimonio vivo de un episodio que casi le cuesta la vida.
El caso de Lopes es comparado con una de las grandes estrellas del futbol sudamericano reciente: Carlos Tevez. El argentino, hoy retirado de la actividad profesional y actual DT de Talleres de Córdoba, sufrió graves quemaduras por una olla hirviendo a los siete meses de vida en el barrio Ejército de los Andes, Argentina.
