La victoria de Argentina por 2-0 sobre México en los cuartos de final del Mundial Sub-20 Chile 2025 no solo significó el adiós de la selección azteca del torneo, sino que también encendió la polémica por la actitud de los jugadores argentinos después del encuentro.
Mientras se retiraban rumbo al vestuario, varios integrantes de la Albiceleste fueron captados reproduciendo en una bocina portátil la icónica melodía de apertura del programa mexicano El Chavo del 8. El gesto, acompañado de risas y comentarios en tono de burla, fue interpretado por muchos como una provocación directa hacia el equipo mexicano.
El video del momento se viralizó rápidamente en redes sociales y medios internacionales, generando una ola de críticas sobre la falta de respeto y la deportividad en competiciones juveniles. Algunos aficionados argentinos defendieron la acción como una "broma inocente", pero la mayoría de usuarios y analistas deportivos consideraron el acto como una falta de clase hacia un rival que se despidió del Mundial con frustración y enojo.
Indignación entre los jugadores y el cuerpo técnico de México
La tensión se acentuó porque México terminó el partido con dos expulsados en tiempo de reposición: Diego Ochoa, por doble amonestación, y Tahiel Jiménez, quien vio la tarjeta roja directa tras una dura entrada. La derrota, sumada a la burla posterior, provocó indignación entre los jugadores y el cuerpo técnico del equipo mexicano.
Hasta el momento, ni la Asociación del Futbol Argentino (AFA) ni los protagonistas del video han emitido un comunicado oficial. Sin embargo, el episodio ya se posiciona como uno de los más controvertidos del Mundial Sub-20 Chile 2025, y pone nuevamente sobre la mesa el debate sobre los límites entre la euforia de la victoria y el respeto al adversario.
Para muchos seguidores, la escena recordó otros episodios de rivalidad histórica entre Argentina y México en distintas categorías, marcados tanto por la intensidad deportiva como por gestos que trascienden el campo de juego. En esta ocasión, el triunfo albiceleste quedó opacado por una burla que, más allá del humor, dejó heridas abiertas entre ambas aficiones.