El fervor por la Selección Nacional de Guatemala se hizo sentir desde el primer día de la venta de boletos para los partidos ante Panamá y Surinam por las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026. Entre la multitud que esperó durante días para obtener su entrada, destacó Alan Ibáñez, originario de Canalitos, zona 24, quien se convirtió en el primer aficionado en adquirir su boleto en el Centro Piace Bantrab, ubicado en la avenida Reforma, zona 9. Su testimonio refleja la pasión, el esfuerzo y la ilusión que mueven a miles de guatemaltecos en este momento histórico para el fútbol nacional.
Alan contó que estuvo formado desde el viernes anterior, junto con otros integrantes de la Barra de Guate, quienes decidieron organizarse para asegurar su presencia en los dos partidos más esperados del año. "Contento. La última vez no pudimos asistir (ante El Salvador), no sé qué pasó y en reventa era muy caro, entonces esta vez nos adelantamos, nos organizamos con la Barra y acá estamos. Por acá hay varios que vinieron a echarnos presión, pero no cedimos", expresó el aficionado entre sonrisas, mientras mostraba con orgullo su boleto recién adquirido.
El fervor por los boletos para ver a la Selección
La decisión de acampar durante cuatro días no fue improvisada. Alan explicó que se trató de un esfuerzo colectivo, en el que se turnaban para no perder su lugar. "Fue una decisión grupal la de organizarnos, empezamos desde el viernes y nos fuimos turnando. La mayoría nos quedamos aquí todo el día. Como decía, estoy contento, nos adelantamos a ciertas personas que nos ganaron la última vez", relató, destacando la unión y compromiso del grupo que representó la pasión por el combinado nacional.
Pese a las dificultades de acampar durante varios días, el entusiasmo nunca decayó. El propio Alan recordó que el primer día fue el más complicado, pero con el paso del tiempo más personas se unieron y recibieron apoyo de Bantrab, que les brindó comida y café. "Fue una buena experiencia, positivo, esperando estar presente en los próximos partidos", concluyó. Su historia resume el sentimiento de todo un país que sueña con ver a Guatemala en su primer Mundial y que, como Alan, está dispuesto a todo por ser parte de ese anhelado momento.

