Comunicaciones atraviesa uno de los capítulos más oscuros de su vasta trayectoria en el fútbol guatemalteco. La derrota ante Xelajú MC (0-1) selló un hecho sin precedentes: finalizar en el último lugar del Apertura 2025, algo jamás visto en los 76 años de existencia del club más laureado del país. Pese a que no firmaron su peor cosecha de puntos —20 unidades— sí sentaron un registro histórico negativo al ocupar la posición más baja desde su fundación, un golpe duro para una institución acostumbrada a competir siempre por lo más alto.
Las cifras explican por sí solas el desplome crema. En 22 jornadas, el equipo sumó únicamente cinco victorias, cinco empates y acumuló doce derrotas. Además, registró la ofensiva menos productiva del torneo, con apenas 15 goles anotados, y una de las defensas más vulnerables, con 26 tantos recibidos. El desequilibrio entre líneas, la falta de contundencia y la inestabilidad táctica fueron factores que terminaron por hundir al club en un torneo para el olvido.
Comunicaciones necesita una reestructuración de raíz
Esta es la quinta ocasión en que Comunicaciones queda fuera de una fase final. Las anteriores ocurrieron en el Clausura 2006 con Miguel Ángel Brindisi, Clausura 2007 con Marlon Iván León, Apertura 2017 con Ronald González y el Clausura 2018 bajo la dirección de Ronald González y Willy Coito.
El Apertura 2025, iniciado por Roberto Hernández y concluido por Iván Franco Sopegno, terminó convirtiéndose en el peor desempeño histórico, evidenciando otro fracaso rotundo en la dirección técnica y en la planificación deportiva.
El panorama próximo apunta a cambios profundos. Hace algunos días, el club anticipó en un comunicado que iniciaría una reestructuración en varias áreas, y todo indica que tanto la dirigencia como el plantel sufrirán modificaciones drásticas.
La situación es alarmante: Comunicaciones se encuentra en zona de descenso, y si no se toman decisiones firmes y radicales, el riesgo de perder la categoría es más real que nunca. El reto será reconstruir un proyecto competitivo que devuelva la identidad, la jerarquía y el prestigio que históricamente han caracterizado al 32 veces campeón nacional.

