Después de tener tres hijos, Megan Fox sigue teniendo una espectacular figura y por eso se robó todas las miradas al desfilar por la alfombra roja de la fiesta de lanzamiento de la edición de trajes de baño de Sports Illustrated.

El evento se llevó a cabo en Nueva York y para la ocasión, la actriz llegó ataviada con un arriesgado vestido negro de malla transparente firmado por LaQuan Smith.

Ella fue el centro de todas las miradas al lucir sus atributos llevando al límite la tendencia con un escote profundo, casi imposible de llevar, y que apenas cubrió lo necesario.

Su falda era satinada, lo que aumentó su elegancia, y llevó zapatillas negras de tacón para sacar provecho de ellas y definir mejor su silueta.

«✨ queen of wands (reina de varitas)✨», escribió en su cuenta de Instagram, donde publicó algunas de las imágenes.

La artista protagoniza la portada de Sports Illustrated Swimsuit; así que fue la estrella de la noche. Posó ante los fotógrafos con una cabellera pelirroja y optó por un maquillaje muy natural, apenas destacado con gloss en los labios, rubor y amplias pestañas negras.

Confesiones de la actriz

A pesar de ser considerada una de las mujeres más sexys, Megan Fox dijo a Sports Illustrated que siempre ha tenido problemas con su propia imagen.

“Tengo dismorfia corporal. Nunca me veo como me ven los demás, ni hubo un punto en mi vida en el que amé mi cuerpo. Nunca jamás”, confesó.

La prometida de Machine Gun Kelly reveló que se obsesionó con su apariencia desde muy joven y dijo que creció en un entorno muy religioso donde los cuerpos no eran reconocidos. “Creo que el viaje de amarme a mí misma va a ser interminable”, añadió.

Meg y su novio no desfilaron juntos en la alfombra roja, pero sí estuvieron juntos en el evento. Y ella usó el anillo de esmeraldas y diamantes.