Investigadores de universidades han registrado evidencias inquietantes sobre lo que ocurre cuando tu cerebro permanece despierto más allá de la medianoche. Según el estudio publicado en la revista Frontiers in Network Physiology, la mente y el cuerpo sufren una "reconfiguración" que incrementa la impulsividad.
Asimismo, el estudio sugiere que se reduce la capacidad de planificación y expone a conductas de riesgo. Durante las horas nocturnas, entre las 00:00 y las 06:00 horas, el cerebro empieza a funcionar en un modo distinto.
La actividad de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina sufre alteraciones, la primera impulsa la búsqueda de gratificación inmediata y la segunda regula el estado de ánimo, lo que favorece emociones negativas. Al mismo tiempo, la corteza prefrontal, la región cerebral encargada del autocontrol y la toma de decisiones, reduce su actividad y las conexiones neuronales se saturan.
El resultado es una menor racionalidad, una mayor tendencia a actuar sin prever las consecuencias y una predisposición a decisiones peligrosas. El equipo de investigación acuñó la hipótesis llamada "La mente después de medianoche", en la que sostienen que el cerebro humano no está diseñado para un alto rendimiento de vigilia en la oscuridad.
Tu cerebro debe descansar
Su funcionamiento óptimo ocurre durante el día y prolongar la vigilia pese al impulso natural del cuerpo de dormir genera un desequilibrio cognitivo. Los efectos de este desajuste pueden tener consecuencias graves. Según los datos del estudio, la probabilidad de conductas autolesivas o de riesgo se multiplica por tres o más durante el rango horario señalado.
También aumentan los episodios de violencia, consumo de drogas o alimentación compulsiva. En esencia, el cerebro se vuelve más sensible a lo negativo, menos controlado y más propenso a tomar decisiones arriesgadas sin un juicio claro.
Este hallazgo reviste especial importancia para quienes trabajan por la noche o padecen insomnio. El desajuste del reloj biológico expone al individuo a un estado mental más frágil emocionalmente y con menos recursos de autocontrol.

