El Juzgado de Mayor Riesgo "C" resolvió enviar a juicio por el delito de asesinato a María Fernanda Bonilla Archila y su guardaespaldas, José Luis Marroquín, por ser los principales sospechosos de la muerte de Melisa Palacios. El crimen ocurrió hace cuatro años y ha estado marcado por una serie de acciones legales, la búsqueda de justicia por parte de la familia de la víctima e intentos de la defensa por desacreditar las acusaciones.
Ayer, en la primera audiencia que se desarrolló en la Ciudad de Guatemala después de que el caso fue trasladado desde el departamento de Chiquimula, la jueza Carol Berganza escuchó los argumentos de las partes y consideró que existen indicios razonables suficientes para considerar que los sindicados pueden tener vínculos con el crimen, por lo que fueron enviados a debate oral y público con el fin de profundizar en las investigaciones y determinar si son culpables o no.
Durante la audiencia, la defensa insistió en que el cargo que los cargos que debían atribuírsele a Bonilla y Marroquín eran los de homicidio en estado de emoción violenta y encubrimiento propio, respectivamente; sin embargo, la juzgadora mantuvo el enfoque de que los elementos planteados encuadraban en asesinato y así quedó resuelto: enfrentarán a la justicia por la posible comisión de ese delito.
Este fallo fue celebrado por la familia de la víctima. Su madre, Anabella Chacón, quien acudió a la sala de audiencias utilizando una playera con un diseño que incluía la foto de su hija y un mensaje de pedido de justicia, siguió de cerca los pasos de las partes y consideró que se avanzó en la búsqueda de que se resuelva el caso.
Este miércoles 3 de septiembre, durante una entrevista en el programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas, Chacón se pronunció sobre el seguimiento que se ha dado a este expediente, lo que significa para ella el fallo de la jueza Berganza y lo que espera para el futuro.
En su opinión, durante la búsqueda de justicia ha podido observar que los implicados han estado buscando cómo comprar jueces. Ante la serie de obstáculos que aseguró que ha enfrentado, consideró que ha sido demasiado difícil el camino recorrido.
"Al inicio hubo demasiados tropiezos, solo pude tener una audiencia donde los ligaron a ellos por asesinato y desde ahí, un 7 de diciembre, cambió todo, pues les modificaron el delito. Pero en la capital, gracias a Dios, en la capital, encontré justicia. Falta mucho por recorrer, pero se dio un gran paso", indicó.
Chacón manifestó que en ciertos momentos, cuando la justicia la "ha decepcionado por completo", su opción ha sido volverse a levantar. "Yo digo ‘no voy a permitir que mi hija no tenga una justicia’", añadió.
Acerca de la jornada de ayer, expresó: "Nos tenía con muchas dudas qué iba a pasar, porque ellos estaban solicitando la aceptación de cargos. La audiencia se fue dando y la jueza no dio esa audiencia primero, sino que la que ya estaba programada, de etapa intermedia".
Y, con respecto al fallo en el que la jueza no admitió mantener los cargos que permitirían penas menores, de ser condenados, contra Bonilla y Marroquín, la entrevistada consideró que se logró lo que ha buscado por cuatro años.
Chacón reiteró que sus acciones no van enfocadas en lograr una venganza, pues de ser así, habría actuado en esa línea desde el día que encontró sin vida a su hija. Enfatizó que el camino que eligió es el de la justicia y es por este que piensa seguir hasta lograr una sentencia digna para Melisa.
"Una verdadera jueza de garantías"
Juan Carlos Aquil, abogado del Instituto de la Víctima, expresó durante el programa A Primera Hora que ayer estuvieron ante una juez, "de verdad, de garantías". Según sus palabras, se trata de una jueza que efectivamente sabe el proceso y considera que lo sucedido era lo que debía darse, pues se mostraron indicios racionales con respecto a la participación de los sindicados en el crimen.
"Creo que la juez cumplió con esas garantías, toda vez que respetó los derechos de los sindicados, pero también de las víctimas para poder argumentar en la audiencia y que cada uno de sus argumentos pudiera demostrar que les asiste la razón", señaló.
El profesional reiteró que existen suficientes indicios para creer que fue un asesinato y no un homicidio en estado de emoción violenta ni mucho menos un encubrimiento.
"Como ha explicado doña Anabella, en los otros juzgados siempre tuvimos la percepción de que los jueces de alguna forma fallaban más que todo a favor de los sindicados. Si bien es cierto, todo se demuestra en audiencia, nunca nos dieron la oportunidad de poder argumentar y realmente bajo esa tutela judicial efectiva y el derecho de igualdad que le asiste a la víctima, de poder demostrar nuestras argumentaciones", compartió.
Según sus palabras, siempre fue todo "tan sesgado", pero en la actualidad considera que el caso está ante una jueza que es imparcial y que no está con favores para ninguna de las partes.
