Un año después de la llegada de los nuevos propietarios estadounidenses, el Chelsea decidió contratar de cara al próximo curso al entrenador argentino  Mauricio Pochettino, con el objetivo de olvidar cuanto antes el curso actual, muy decepcionante para un club con altas aspiraciones.

Pochettino llega a Stamford Bridge con un contrato de dos años con opción a una temporada más, y vuelve a la Premier League cuatro años después de ser despedido por el Tottenham.

«Mauricio es un entrenador de clase mundial con una trayectoria excepcional. Todos estamos impacientes por tenerlo con nosotros», declararon en un comunicado Todd Boehly y Behdad Eghbali, copropietarios del Chelsea.

Si bien Boehly y el fondo Clerlake invirtieron más de 600 millones de euros en fichajes en el último año, no brilló por su coherencia. Su estrategia centrada sobre todo en la llegada de jugadores jóvenes y con potencial, fracasó.

Un vestuario por conquistar

La elección del argentino puede sorprender a algunos. Pochettino destacó en el pasado al frente de clubes con medios limitados, como el Espanyol, el Southampton o incluso en su momento el Tottenham.

Sin embargo, sus 18 meses al frente del poderoso París Saint-Germain fueron mucho menos convincentes. Aunque pudo ganar allí sus primeros títulos, una Ligue 1 y una Copa de Francia.

En París, la gestión de egos de un vestuario de estrellas le causó problemas y en el Chelsea podría tener un reto similar.

Las llegadas del brasileño Andrey Santos y de los franceses Malo Gusto y quizás Christophe Nkunku parecen programadas, pero Pochettino tendrá que hacer ‘limpieza’ en un plantel amplio y que debería renovarse profundamente para sentar las bases de un nuevo proyecto.

Para ello debería apoyarse en varios jugadores jóvenes prometedores como Wesley Fofana, Benoit Badiashile, Enzo Fernández, Mykhailo Mudryk o Noni Madueke y demostrar, como hizo en el Tottenham cuando condujo muy bien la emergencia de Harry Kane, que es un buen mentor.

*Con información de AFP