El futbolista argentino Enzo Fernández, recientemente reincorporado a la pretemporada del Chelsea en Atlanta, Estados Unidos, ha estado en el centro de una polémica que ha trascendido el ámbito deportivo, generando repercusiones en su equipo, Chelsea FC, y hasta en el ámbito diplomático. La controversia surgió a raíz de un video que Fernández compartió en sus redes sociales, donde se lo ve junto a sus compañeros de la Selección Argentina entonando cánticos con contenido racista tras la victoria en la final de la Copa América 2024 contra Francia.

El incidente tuvo lugar en el vestuario de la Selección Argentina, poco después de que el equipo se coronara campeón en el Hard Rock Stadium de Miami. En el video, que Fernández subió a sus redes sociales, los jugadores celebraban cantando una canción de la hinchada argentina, la cual incluía frases racistas y discriminatorias dirigidas contra Francia y el jugador Kylian Mbappé. La publicación no tardó en viralizarse, atrayendo una avalancha de críticas, incluida la de Wesley Fofana, jugador francés y compañero de Fernández en el Chelsea, quien expresó su descontento en Instagram, calificando el acto como “racismo desinhibido”.

Enzo Fernández se reconcilia con sus compañeros

El Chelsea, conocido por su compromiso contra el racismo y la discriminación, emitió un comunicado poco después del incidente, anunciando que se llevaría a cabo una investigación interna para determinar la responsabilidad de Enzo Fernández y considerar posibles sanciones, que podrían incluir multas económicas. La situación se agravó con la intervención de la Federación Francesa de Fútbol, que presentó una queja formal ante la FIFA, solicitando sanciones para el jugador y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Hasta la fecha, la FIFA no ha emitido un fallo sobre el asunto.

Enzo Fernández, consciente del impacto de sus acciones, se reunió con sus compañeros de equipo a su regreso a la pretemporada. Según medios británicos como The Sun y The Mirror, el jugador ofreció disculpas al plantel, una medida que fue facilitada por el capitán del Chelsea, Reece James, y el defensa francés Axel Disasi. Durante la reunión, Fernández expresó su arrepentimiento y se comprometió a realizar una donación a una organización benéfica que lucha contra el racismo y la discriminación, una iniciativa respaldada por el club.

El escándalo no solo afectó a Fernández y su club, sino que también tuvo repercusiones a nivel internacional. El subsecretario de Deportes de Argentina, Julio Garro, pidió públicamente que Lionel Messi, como capitán del equipo nacional, ofreciera disculpas formales, lo que generó controversia y la eventual renuncia de Garro tras la intervención del presidente Javier Milei. Además, la vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel, avivó las tensiones con un tuit en el que criticaba a Francia, calificándola de “país colonialista”, lo que llevó a un breve enfriamiento en las relaciones diplomáticas entre ambos países.