El nombre de Erling Haaland, estrella del Manchester City y uno de los futbolistas más destacados del mundo, ha sorprendido a muchos al aparecer en el Boletín Oficial del cantón de Vaud, en Suiza. Según este documento, fechado el pasado 25 de octubre, el delantero noruego enfrenta una posible pena de un día de prisión por no haber pagado una multa de tráfico valorada en 60 francos suizos (aproximadamente 64,3 euros).

El caso resulta inusual, no solo por la pequeña suma de dinero en cuestión, sino porque Haaland ha mantenido una reputación de discreción en su vida privada, lejos de los problemas legales que suelen empañar las carreras de otros futbolistas. Sin embargo, el sistema judicial suizo es particularmente riguroso con el cumplimiento de sanciones, independientemente de la situación económica del infractor. En este contexto, si Haaland decide visitar Suiza sin haber resuelto esta deuda, podría ser detenido y obligado a pasar 24 horas en prisión.

¿Haaland irá a prisión?

La conexión de Haaland con Suiza no es casual. Su padre, Alf-Inge Haaland, exjugador profesional, reside actualmente en el cantón de Vaud, lo que convierte a esta región en un destino frecuente para las visitas familiares del delantero. La próxima visita, posiblemente durante las festividades navideñas, podría complicarse si el jugador no regulariza su situación con las autoridades suizas. Según el medio local Blick, el cumplimiento de esta sanción no es negociable: la ley suiza dicta que las multas no abonadas pueden conllevar penas de privación de libertad.

Aunque la cifra resulta simbólica frente a las exorbitantes ganancias de Haaland, la historia pone de manifiesto la igualdad ante la ley en Suiza, donde incluso los más acaudalados están obligados a respetar las normas. Este caso también genera una reflexión sobre cómo pequeños descuidos pueden convertirse en problemas mayores, especialmente para figuras públicas cuya vida privada está bajo constante escrutinio.