El torneo Apertura 2025 de la Liga Nacional de Guatemala comenzó este fin de semana con varias novedades que han captado la atención de los aficionados. Entre los temas más comentados figuran cambios en el reglamento, el regreso de clubes tradicionales, la incertidumbre sobre el futuro de Xinabajul y, especialmente, la presencia del exárbitro mundialista Felipe Ramos Rizo en algunos estadios. El mexicano, quien recientemente fue nombrado Presidente de la Comisión de Árbitros de Guatemala, asistió a dos encuentros de la jornada inaugural como parte de su proceso de evaluación y acompañamiento al cuerpo arbitral nacional.
Durante el sábado, Ramos Rizo fue visto en el Estadio Pensativo, donde se disputó el partido entre Antigua GFC y Marquense. Al día siguiente, estuvo presente en el Estadio Guillermo Slowing para observar el duelo entre Aurora y Guastatoya. Su presencia no pasó desapercibida y fue recibida con comentarios positivos, especialmente porque refleja una intención clara de involucrarse directamente en el desarrollo del arbitraje guatemalteco. En sus primeras semanas al frente de la Comisión, ha sostenido reuniones con árbitros de diferentes categorías, buscando actualizarlos y fortalecer sus capacidades.
Ramos Rizo busca un cambio en el arbitraje guatemalteco
En términos generales, la actuación arbitral en esta primera jornada fue aceptable. Aunque se detectaron algunos errores puntuales —como suele ocurrir en todas las ligas—, no hubo polémicas graves que empañaran el arranque del torneo. Felipe Ramos Rizo ha sido enfático en su objetivo de profesionalizar el arbitraje en el país, una tarea que requerirá tiempo, trabajo constante y la implementación de mejores herramientas de formación. Sin embargo, su involucramiento directo desde el inicio del campeonato es una señal alentadora.
Cabe resaltar que, a diferencia de su predecesor, José Luis Camargo, quien durante su mandato nunca se hizo presente en los estadios para observar directamente el desempeño de los colegiados, Ramos Rizo ha adoptado un enfoque mucho más activo. Su interés por estar cerca de los árbitros, conocer sus necesidades y evaluar su trabajo en el terreno de juego podría marcar el comienzo de una etapa distinta para el arbitraje guatemalteco, que desde hace años requiere una renovación profunda y sostenida.
